El amistoso se jugará en Fort Lauderdale por razones de seguridad en medio del despliegue militar en Chicago.
Miami, Estados Unidos — El partido amistoso entre Argentina y Puerto Rico, previsto para jugarse en Chicago el 13 de octubre, fue trasladado a Florida debido a la represión migratoria que vive la ciudad. Las autoridades deportivas confirmaron que el encuentro se disputará en el Chase Stadium, hogar del Inter Miami de Lionel Messi.
La decisión de cambiar la sede se produjo en medio de un ambiente de alta tensión social en Chicago, donde las protestas contra la política migratoria del Gobierno de Donald Trump han generado enfrentamientos y detenciones masivas.
Una fuente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), citada por la agencia Associated Press, confirmó el traslado a Fort Lauderdale, aunque pidió mantener el anonimato porque el anuncio oficial aún no había sido hecho público.
El partido estaba programado para disputarse en el Soldier Field, uno de los estadios más emblemáticos del país. Sin embargo, los organizadores consideraron que las condiciones de seguridad no estaban garantizadas para recibir a los equipos y a miles de aficionados.
De acuerdo con el reporte, más de 1.000 inmigrantes han sido arrestados en las últimas semanas en el área metropolitana de Chicago. Las autoridades federales endurecieron los controles migratorios y desplegaron a la Guardia Nacional para reforzar las operaciones de detención.
La represión ha generado manifestaciones de comunidades latinoamericanas y organizaciones de derechos humanos, que denuncian un clima de persecución e intimidación. En ese contexto, los promotores del encuentro decidieron mover el partido a un entorno más estable y controlado.
El nuevo escenario será el Chase Stadium, en Fort Lauderdale, Florida, donde juega el Inter Miami de la MLS. El estadio se ha convertido en un punto de referencia para los seguidores de Lionel Messi desde su llegada al club en 2023.
Messi, quien fue convocado para ambos amistosos, será una de las principales atracciones del encuentro. Argentina también enfrentará a Venezuela este viernes en el Hard Rock Stadium de Miami, como parte de su preparación rumbo al Mundial 2026.
El cambio de sede busca garantizar la seguridad de los jugadores, cuerpo técnico y aficionados. Las autoridades locales de Florida ya trabajan en los operativos de logística y acceso, previendo una alta demanda de entradas.
Aunque el traslado fue motivado por cuestiones externas al fútbol, la situación ha reavivado el debate sobre la influencia de los conflictos políticos y sociales en los eventos deportivos internacionales.
La AFA no emitió un comunicado oficial, pero fuentes internas confirmaron que el plantel argentino viajará directamente a Florida para completar su concentración. Puerto Rico, por su parte, ajustará su itinerario de vuelos y entrenamientos en el sur del país.
Este tipo de decisiones logísticas no son comunes, pero reflejan la volatilidad del contexto político en Estados Unidos, especialmente en temas migratorios. El Gobierno de Trump ha mantenido una línea dura contra la inmigración irregular, con medidas que han generado críticas en todo el continente.
Los analistas deportivos coinciden en que la prioridad era evitar cualquier incidente de seguridad. “El fútbol no puede desarrollarse en medio de la represión”, señaló un comentarista de ESPN. “La AFA hizo lo correcto al proteger a sus jugadores y a los hinchas”.
El amistoso servirá también para evaluar el rendimiento de Argentina de cara al Mundial. El cuerpo técnico encabezado por Lionel Scaloni considera estos partidos como pruebas clave para la rotación y el ajuste táctico.
A pesar del contexto político, el interés por ver a la selección campeona del mundo no disminuye. En Florida se espera un lleno total, con la presencia de miles de fanáticos argentinos y latinoamericanos residentes en la región.