Roldán convierte TikTok en escenario de mendicidad digital y divide opiniones en redes

El influencer costarricense usa transmisiones para pedir ayuda económica y causa debate ético.

 

Roldán causa debate por pedir ayuda económica en TikTok.

San José, Costa Rica — El creador de contenido Roldán ha generado polémica al transformar su cuenta de TikTok en una plataforma de mendicidad digital, apelando a la solidaridad de sus seguidores con transmisiones en vivo donde solicita donaciones.

 

Las redes sociales, que comenzaron como espacios para compartir creatividad, humor y noticias, se han convertido en escenarios de supervivencia para algunos usuarios. Ese es el caso de Roldán, un tiktoker que ha llevado la exposición personal a otro nivel al utilizar sus videos para pedir ayuda económica.

 

Durante las últimas semanas, Roldán ha realizado transmisiones en vivo donde comparte su situación personal y solicita apoyo financiero, lo que ha generado una ola de reacciones divididas entre quienes lo consideran una víctima del sistema y quienes lo acusan de manipular emocionalmente a su audiencia.

 

El fenómeno ha sido bautizado por usuarios y expertos como “mendicidad digital”, una práctica que se expande en redes como TikTok, donde los regalos virtuales y donaciones en tiempo real se han convertido en una fuente de ingresos para miles de creadores.

 

En los videos, Roldán aparece hablando directamente a la cámara, agradeciendo cada “gift” o contribución mientras relata episodios de su vida marcados por la necesidad. La estrategia le ha permitido acumular seguidores y, en algunos casos, obtener ganancias significativas.

 

Sin embargo, el tono emocional y las súplicas directas han despertado críticas. Psicólogos y comunicadores advierten que este tipo de contenido podría normalizar la exposición de la vulnerabilidad como espectáculo y fomentar una cultura de dependencia digital.

 

“Cuando la pobreza se convierte en contenido, entramos en una zona ética muy delicada”, señaló un experto en comunicación digital consultado por medios nacionales.

 

TikTok, por su parte, cuenta con políticas que prohíben el uso de su plataforma para solicitar dinero de manera explícita, pero la línea entre monetización y mendicidad suele ser difusa cuando las interacciones ocurren mediante transmisiones en vivo.

 

El caso de Roldán no es aislado. En varios países latinoamericanos, la tendencia ha crecido entre usuarios que recurren a la compasión pública para sobrevivir, en un contexto donde la economía informal y el desempleo juvenil afectan a millones.

 

Sociólogos apuntan a que la “mendicidad digital” responde a un fenómeno más profundo: la necesidad de reconocimiento en una sociedad hiperconectada, donde la empatía se mide en vistas y donaciones.

 

“Se trata de una nueva forma de exposición emocional que aprovecha los algoritmos de visibilidad”, comentó un investigador de medios digitales.

 

En Costa Rica, el caso ha provocado fuertes debates en redes, con etiquetas como #RoldanTikTok y #MendicidadDigital posicionándose entre las más comentadas de la semana.

 

Mientras algunos usuarios aseguran que Roldán simplemente busca sobrevivir con honestidad, otros lo acusan de manipular la emoción del público con fines económicos.

 

El fenómeno plantea un nuevo dilema para las plataformas: ¿hasta qué punto un acto de vulnerabilidad es legítimo y cuándo se convierte en explotación emocional?

 

Por ahora, TikTok no ha emitido un comunicado específico sobre el caso, aunque expertos recomiendan reforzar la educación digital para que usuarios y creadores comprendan los límites éticos de la monetización del sufrimiento.

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