El exmagistrado lanzó duras críticas al Gobierno y al sistema judicial tras su absolución.
San José, Costa Rica — En un cierre de juicio cargado de tensión, el exmagistrado Celso Gamboa advirtió que el presidente Rodrigo Chaves y el diputado Fabricio Alvarado podrían, eventualmente, terminar en prisión. La declaración, realizada tras ser absuelto por uso de documento falso, encendió el debate político y judicial en Costa Rica.
El exmagistrado Celso Gamboa sorprendió al cierre de su juicio por uso irregular de documentos con un discurso que combinó desafío, denuncia y advertencia. Ante los jueces, aseguró ser víctima de una persecución institucional orquestada por el Ministerio Público.
Durante su intervención, Gamboa afirmó que fue blanco de múltiples acusaciones sin fundamento y responsabilizó directamente a la exfiscal general Emilia Navas por los procesos que, según él, dañaron su carrera y reputación pública.
“El Ministerio Público tejió un caso que se desmoronó”, expresó con voz firme, mientras agradecía al tribunal por su absolución. Sin embargo, su mensaje fue más allá del ámbito jurídico.
El exmagistrado aprovechó el cierre del proceso para lanzar críticas al Gobierno de Rodrigo Chaves, a quien acusó de utilizar la justicia de manera selectiva. Su declaración, transmitida por medios locales, rápidamente se viralizó en redes sociales.
“Pareciera ser uno de los últimos tribunales de Costa Rica a los cuales yo me pueda referir”, dijo Gamboa, en tono de despedida, generando expectación sobre su futuro judicial y político.
Aunque celebró su absolución, no ocultó su frustración por la decisión que mantiene su extradición a Estados Unidos, donde es requerido por presunto tráfico internacional de drogas.
En una parte más íntima de su intervención, Gamboa relató el contraste entre su vida anterior y su realidad actual: “El 22 de junio me encontraba viendo el atardecer en Jacó con una muchacha hermosa. El 23 de junio dormía en máxima seguridad de La Reforma”.
Según su testimonio, se encuentra recluido en condiciones que calificó como inhumanas. “Solo recibo dos tiempos de comida al día y tengo 10 minutos semanales de llamada”, denunció.
Incluso relató que su padre ha dormido afuera del penal para lograr un turno de visita, ilustrando lo que describió como la deshumanización del sistema penitenciario.
Pero fue su advertencia política la que más resonó: “Hoy que salí a la calle me di cuenta de que un candidato presidencial está acusado de violación a una persona menor de edad. Puede ser que mañana lo estemos esperando en La Reforma”.
Aunque no mencionó nombres, la alusión a Fabricio Alvarado y Rodrigo Chaves fue evidente. “Tenemos un presidente que dice que ningún juez lo obligará a restituir derechos... y puede ser que mañana también lo veamos en La Reforma”, remató.
Su discurso encendió reacciones en redes sociales, donde usuarios debatieron entre quienes lo consideraron un acto de valentía y quienes lo vieron como un intento de venganza mediática.
Expertos en derecho penal calificaron sus declaraciones como “riesgosas y provocadoras”, aunque destacaron su derecho a la libre expresión tras una absolución.
El Gobierno no emitió una respuesta oficial inmediata, pero fuentes cercanas al Poder Ejecutivo indicaron que “no se pronunciarán sobre especulaciones”.
Gamboa finalizó con tono melancólico: “Podría ser la última vez que me vean en tribunales costarricenses”. La frase dejó un aire de despedida y misterio.
Su caso, que ha captado atención internacional por su conexión con procesos de extradición, sigue siendo un punto de tensión entre el poder judicial y el político.