El caso reaviva el debate sobre seguridad alimentaria y etiquetado en productos lácteos en EE.UU.”
Longwood, Florida, EE.UU. — Una mujer presentó una demanda judicial tras asegurar que una leche mal etiquetada le causó la pérdida de un embarazo y la intoxicación de su hijo pequeño. El caso ha encendido alertas sobre la seguridad en el etiquetado de alimentos.
La tranquilidad de un mercado en Longwood se rompió cuando una consumidora denunció que un error en el etiquetado de un producto lácteo provocó consecuencias devastadoras para su familia.
Rachel Maddox, quien cursaba un embarazo de cuatro meses, relató que adquirió la leche creyendo que era apta para consumo humano, ya que se encontraba en los estantes junto a otros lácteos.
Sin embargo, el envase estaba rotulado como “para consumo animal”, una advertencia que, según su abogado, no era visible o clara para el comprador promedio.
Tras ingerir el producto, su hijo menor comenzó a presentar vómito, diarrea, fiebre y dolor abdominal, síntomas que derivaron en una hospitalización de tres días y una cirugía de emergencia para tratar una intususcepción intestinal, una condición grave que afecta el intestino.
En paralelo, Maddox sufrió complicaciones de salud que culminaron con la pérdida de su embarazo.
El abogado Ron Simon, especialista en litigios de consumo, señaló que la empresa actuó con negligencia al no ofrecer advertencias claras y al ubicar el producto junto a otros destinados a personas.
“La confusión era razonable; cualquier comprador podría haber asumido que era leche común. No se cumplió con el deber de cuidado en el etiquetado y la exhibición”, afirmó Simon.
La demanda busca compensación por gastos médicos, pérdida de ingresos y daños emocionales. También pide una investigación sobre cómo el producto llegó al mercado con etiquetado inadecuado.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) regula estrictamente el etiquetado para evitar este tipo de incidentes, pero los expertos señalan que la venta de productos agrícolas en mercados locales puede presentar vacíos de supervisión.
Este caso podría sentar un precedente sobre las obligaciones de las empresas en materia de seguridad alimentaria y transparencia para los consumidores.
Las reacciones no se han hecho esperar: defensores de los derechos del consumidor exigen normas más claras para evitar riesgos en poblaciones vulnerables, como embarazadas y niños pequeños.
Especialistas en salud materno-infantil recuerdan que ciertos contaminantes pueden causar daños graves en gestantes y menores, por lo que recomiendan extrema precaución en la compra de productos frescos y verificación de etiquetas.
El litigio podría extenderse, ya que las compañías involucradas podrían enfrentar sanciones económicas y reputacionales significativas si se comprueba negligencia.
Mientras tanto, la comunidad de Longwood permanece atenta a un caso que podría cambiar la manera en que se supervisan y exhiben productos alimenticios en tiendas locales.