El abogado e hijo del exdiputado Eduardo Cruickshank murió tras un ataque directo en un bar de Limón.
Limón, Costa Rica — Jermaine Cruickshank Edwards, abogado e hijo del exdiputado Eduardo Cruickshank, intentó huir cuando percibió a su asesino entrar a un bar, pero fue acribillado a quemarropa, confirmó el Organismo de Investigación Judicial.
El asesinato de Jermaine Cruickshank Edwards sacudió a la provincia de Limón y al país entero por el perfil de la víctima y la brutalidad del ataque. El abogado, de 40 años, era hijo del exdiputado y expresidente legislativo Eduardo Cruickshank, fallecido meses antes, lo que aumenta el impacto emocional para la familia y el entorno político caribeño.
El hecho ocurrió en un bar-restaurante ubicado en el barrio Siglo XXI, donde Jermaine compartía con conocidos. De acuerdo con el OIJ, dos hombres llegaron en motocicleta al lugar. Uno de ellos descendió con ropa deportiva y casco, un detalle que encendió las alertas de la víctima.
Randall Zúñiga, director del OIJ, relató que Cruickshank alcanzó a reaccionar e intentó alejarse de la mesa al notar la presencia del sospechoso. Sin embargo, en cuestión de segundos, el hombre armado abrió fuego a quemarropa.
Los impactos de bala alcanzaron la cabeza y la espalda del abogado, provocando su muerte inmediata en el sitio. Pese a la llegada rápida de la Cruz Roja, nada se pudo hacer para salvarle la vida.
El ataque ha generado consternación en Limón, donde el apellido Cruickshank es sinónimo de liderazgo político y compromiso comunitario. Vecinos y colegas lo describieron como un profesional dedicado, deportista aficionado y padre de dos hijos de 9 y 15 años.
Las autoridades investigan si Jermaine reconoció a su agresor o si su reacción fue producto de la sospecha por la forma en que ingresó. Lo cierto es que el sicario actuó con precisión y no dio oportunidad de defensa.
El crimen se produce en medio de una ola de violencia que ha golpeado duramente a Limón, donde el sicariato se ha vuelto recurrente tanto en zonas urbanas como rurales. Este caso se suma a una lista de homicidios que preocupan a las autoridades y a la ciudadanía.
El bufete familiar Cruickshank & Asociados, donde Jermaine ejercía, emitió un breve mensaje de duelo y solidaridad con la familia. Compañeros de profesión expresaron indignación y exigieron justicia.
Este asesinato ocurre solo meses después de la muerte de Eduardo Cruickshank, figura clave en la política costarricense, lo que ha dejado a la familia en un periodo de duelo constante.
El OIJ mantiene abiertas varias líneas de investigación y no descarta que el móvil esté relacionado con actividades profesionales, personales o ajenas al entorno inmediato de la víctima.
Hasta el momento no hay detenidos, lo que aumenta la preocupación por la capacidad de respuesta ante este tipo de crímenes. Las autoridades insisten en que trabajan con prioridad para esclarecer el caso.
El modus operandi utilizado, con motocicleta y sicarios en pareja, es un patrón cada vez más frecuente en delitos de este tipo, lo que dificulta las pesquisas por la rapidez con la que los agresores huyen de la escena.
Randall Zúñiga enfatizó que cada dato obtenido es clave para dar con los responsables. “Sabemos que Jermaine alcanzó a percibir algo que lo inquietó, pero la investigación determinará si conocía a su agresor”, afirmó.
El entorno social y político sigue atento a los avances del caso. Jermaine era recordado también por su paso en equipos de fútbol amateur, donde cosechó amistades y respeto.
En Limón, la violencia armada ha impactado incluso a familias influyentes, evidenciando que la criminalidad no distingue perfiles. Este hecho reafirma la urgencia de fortalecer las estrategias de seguridad en la región.
La comunidad limonense ha expresado pesar en redes sociales y distintos foros, donde se multiplican los mensajes de condolencias hacia la familia Cruickshank y reclamos por mayor control del sicariato.
El crimen de Jermaine deja un vacío en su familia, amigos y colegas, así como un desafío para las autoridades judiciales que deben demostrar efectividad en un escenario de creciente inseguridad.
Mientras la investigación avanza, el apellido Cruickshank vuelve a ocupar titulares, esta vez por un hecho trágico que refleja el dolor y la fragilidad humana detrás de los nombres más reconocidos de la política y el derecho en Costa Rica.