El VPH impulsa el crecimiento de tumores orofaríngeos en jóvenes; especialistas recomiendan vacunación y diagnóstico temprano.
Buenos Aires, Argentina — Los casos de cáncer de cabeza y cuello superan los 3.000 diagnósticos anuales en el país, y gran parte de este incremento está vinculado al Virus del Papiloma Humano (VPH). Especialistas advierten que la enfermedad afecta cada vez más a jóvenes y subrayan la importancia de la vacunación y la detección temprana.
En Argentina, la incidencia de cáncer de cabeza y cuello ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años. Según datos del Instituto Nacional del Cáncer, el país registra más de 3.000 diagnósticos anuales, una cifra que preocupa a oncólogos y cirujanos especializados.
La doctora Bárbara Berenstein, cirujana de Cabeza y Cuello del Instituto Alexander Fleming, explica que muchos de estos tumores son detectados en fases avanzadas, lo que limita las opciones de tratamiento. “La sobrevida a cinco años ronda entre el 50 y 60%, una cifra que debemos mejorar con diagnósticos más precoces”, afirmó.
Los tumores de orofaringe son los que más aumentaron en frecuencia. El oncólogo Agustín Falco señala que el Virus del Papiloma Humano (VPH) se consolidó como un factor de riesgo clave, especialmente entre los jóvenes. “Los cambios en conductas sexuales han favorecido la propagación del virus, y con ello, la aparición de cánceres en pacientes cada vez más jóvenes”, explicó.
El VPH, ya conocido como causa principal del cáncer de cuello uterino, hoy se asocia también con cánceres de garganta, lengua y amígdalas. Esta relación ha encendido las alarmas en el ámbito sanitario, donde los expertos insisten en reforzar la campaña de vacunación nacional.
La vacunación contra el VPH está disponible en Argentina y forma parte del calendario obligatorio para adolescentes. Sin embargo, la cobertura aún presenta desafíos, lo que limita su impacto en la prevención de tumores de cabeza y cuello.
Además de la vacuna, los especialistas recomiendan prestar atención a señales tempranas que podrían indicar un cuadro de riesgo. Entre ellas, la presencia de nódulos en el cuello, úlceras bucales que no cicatrizan, dolor persistente en la garganta y cambios prolongados en la voz.
Estos síntomas, aunque pueden parecer menores, requieren una consulta médica inmediata, ya que podrían ser los primeros indicios de un cáncer en desarrollo. La detección temprana no solo aumenta las probabilidades de cura, sino que también permite tratamientos menos agresivos.
En términos de mortalidad, las estadísticas son contundentes: alrededor de 900 personas mueren cada año en Argentina debido a cánceres de cabeza y cuello. Los especialistas insisten en que esta cifra podría reducirse significativamente con campañas de prevención más amplias.
La concientización también juega un papel fundamental. En países donde se implementaron campañas educativas masivas sobre el VPH, la incidencia de cáncer de orofaringe mostró descensos sostenidos. Argentina busca replicar esas experiencias con estrategias adaptadas a su población.
En el ámbito internacional, la Organización Mundial de la Salud advierte que el VPH está detrás de una proporción creciente de tumores en la cavidad oral y la faringe. La tendencia es similar en América Latina, lo que sugiere un fenómeno regional.
Frente a este escenario, los profesionales de la salud recalcan la importancia de combinar educación, vacunación y chequeos médicos regulares. La atención primaria de la salud se convierte en un filtro esencial para detectar casos en etapas iniciales.
Mientras tanto, la comunidad científica trabaja en nuevas terapias dirigidas para mejorar la sobrevida de los pacientes diagnosticados. Los ensayos clínicos incluyen inmunoterapias y tratamientos personalizados que podrían cambiar el pronóstico a mediano plazo.
El desafío inmediato, sin embargo, sigue siendo prevenir la enfermedad. “No podemos esperar a que el cáncer se desarrolle. Debemos actuar antes, con información, vacunas y consultas médicas oportunas”, concluyó la doctora Berenstein.