Marejada de fondo afectará playas turísticas hasta el viernes, con riesgo para bañistas y embarcaciones.
San José, Costa Rica — El Instituto MIO-CIMAR de la Universidad de Costa Rica emitió una advertencia por un inusual aumento del oleaje que afectará esta semana las costas del Pacífico Central y Sur. Las olas podrían alcanzar hasta tres metros, generando riesgo para bañistas, pescadores y embarcaciones turísticas o artesanales.
Las autoridades marítimas y científicas han puesto especial atención en las condiciones que se registrarán en el litoral pacífico, debido a la llegada de una marejada de fondo originada en el sur del continente.
Según el análisis del MIO-CIMAR, este tipo de oleaje se caracteriza por olas largas y poderosas que, aunque se generan lejos de la costa, mantienen su fuerza al llegar a tierra, provocando un fuerte rompimiento y aumentando la energía de las corrientes.
La advertencia abarca desde la provincia de Puntarenas hasta la península de Osa, incluyendo destinos turísticos como Quepos, Dominical, Uvita y Golfito.
"Las corrientes de resaca que se generan en estas condiciones pueden arrastrar a una persona hacia mar adentro en cuestión de segundos", explicó un vocero del Instituto, recomendando a los visitantes no ingresar al mar durante los picos más intensos del oleaje.
El fenómeno se mantendrá hasta el próximo viernes, con variaciones en la intensidad de las olas según el momento del día y la geografía de cada playa.
El Servicio Nacional de Guardacostas también ha emitido comunicados a los pescadores artesanales y operadores turísticos, instando a evaluar las condiciones antes de zarpar y a portar equipo de seguridad.
Este aumento en la altura de las olas coincide con la temporada alta de turismo en algunas playas, lo que incrementa el riesgo de incidentes.
En playas como Manuel Antonio y Uvita, donde las aguas suelen ser tranquilas, los salvavidas ya han reforzado la señalización y advertencias a los bañistas.
El fenómeno de marejada de fondo no solo tiene impacto en la seguridad humana, sino que también puede afectar la infraestructura costera, causando erosión en zonas vulnerables y daños a instalaciones cercanas a la orilla.
En el pasado, eventos similares han provocado pérdida de mobiliario en restaurantes frente al mar y daños en muelles de uso artesanal.
Las corrientes asociadas a estas marejadas también pueden alterar temporalmente los patrones de pesca, desplazando especies y afectando la actividad económica local.
Para los surfistas experimentados, este tipo de oleaje representa condiciones desafiantes, pero las autoridades insisten en que el riesgo es elevado incluso para quienes dominan la técnica.
El Instituto MIO-CIMAR recuerda que las marejadas de fondo no están vinculadas a tormentas locales visibles desde la costa, lo que puede llevar a subestimar el peligro.
Los expertos aconsejan mantenerse informados a través de los boletines oficiales y evitar las zonas de rompiente durante el período de alerta.
En caso de ser arrastrado por una corriente de resaca, la recomendación es no luchar contra ella, sino nadar paralelo a la orilla hasta salir de la zona de corriente y luego regresar a tierra.
Con el paso de los días, se espera que la marejada pierda fuerza gradualmente, aunque las condiciones no se normalizarán hasta el fin de semana.
La comunidad costera y el sector turístico se mantienen en alerta para minimizar el impacto de este fenómeno natural, que combina belleza escénica con un riesgo potencial elevado.