La esposa de Messi ha forjado su camino como influencer, empresaria y madre fuera del mundo del fútbol
Rosario, Argentina — Aunque muchos la conocen como la esposa de Lionel Messi, Antonela Roccuzzo ha cultivado un perfil propio como modelo, empresaria, influencer y madre, con una vida discreta y multifacética que va más allá del fútbol y los reflectores.
Desde su natal Rosario hasta los grandes escenarios internacionales, Antonela Roccuzzo ha recorrido un camino poco común. Su historia no es solo la de la pareja del mejor futbolista del mundo, sino la de una mujer con identidad, visión y sensibilidad social.
Durante su juventud, Antonela mostró un interés inicial por la odontología, carrera que abandonó para estudiar comunicación social. Esta formación le permitió construir una imagen pública coherente, cercana y bien administrada, sobre todo en el universo digital.
Actualmente cuenta con más de 38 millones de seguidores en Instagram, donde comparte momentos familiares, hábitos saludables y colaboraciones con marcas de lujo, sin caer en la sobreexposición.
Más allá del lifestyle, su perfil como empresaria destaca. En 2017 fundó junto a Sofía Balbi una tienda de ropa de la marca argentina Sarkany en Barcelona. Aunque el proyecto cerró, fue el primer paso en su incursión en la industria de la moda.
Desde entonces ha colaborado con importantes marcas como Alo Yoga, Louis Vuitton y Adidas, mostrando un estilo sobrio y moderno. Su presencia en eventos de moda internacionales ha crecido sin necesidad de escándalos ni titulares polémicos.
Antonela también es una madre dedicada. Junto a Messi, ha formado una familia con tres hijos: Thiago, Mateo y Ciro. Su crianza ha sido ejemplo de estabilidad y protección, lejos del ritmo acelerado de las grandes ciudades.
En el ámbito social, ha apoyado numerosas causas. A través de la Fundación Leo Messi participa en proyectos de salud y educación infantil. También ha sido vista colaborando en campañas contra el cáncer infantil y acciones solidarias en Latinoamérica.
Su estilo de vida refleja una fuerte conexión con sus raíces. En cada oportunidad, destaca el valor de su familia, sus amigas de la infancia y la ciudad que la vio nacer. Esa autenticidad le ha ganado respeto más allá del círculo de WAGs del fútbol.
Contrario a lo que muchos podrían imaginar, Antonela no ha buscado protagonismo mediático. No da entrevistas frecuentes ni participa en reality shows. Su imagen pública es cuidada, selectiva y basada en valores.
En redes sociales, inspira a muchas mujeres por su balance entre maternidad, trabajo, salud y pareja. Su rutina incluye ejercicio regular, yoga y una alimentación equilibrada que comparte con naturalidad.
La relación con Messi, lejos de ser un obstáculo, ha sido una plataforma. Sin embargo, nunca ha intentado capitalizarla con controversias. En cambio, construyó una narrativa propia: la de una mujer real con sueños, familia y metas personales.
Sus publicaciones nunca son improvisadas. Desde cumpleaños hasta campañas publicitarias, cada post muestra profesionalismo y coherencia, factores clave en su éxito como influencer de estilo de vida.
El respeto que genera no solo viene del público, sino de la industria de la moda, donde cada vez es más reconocida por su elegancia y discreción. En eventos como el Balón de Oro, su presencia es símbolo de clase sin opacar a su esposo.
Hoy, Antonela Roccuzzo es una figura con peso propio. No necesita titularse como “la esposa de…” para brillar. Su influencia se extiende desde los pasarelas hasta las causas sociales, pasando por los hogares que la ven como un ejemplo de vida balanceada.
Mientras Lionel Messi sigue conquistando la cancha, Antonela continúa ganando terreno en el mundo real, ese en el que ser madre, emprendedora y coherente vale tanto como levantar una copa.