Exmagistrado acusado de narcotráfico se autoproclama vocero de los presos en La Reforma.
San José, Costa Rica — El exmagistrado y exministro de Seguridad, Celso Gamboa Sánchez, aseguró haberse convertido en un “líder en máxima seguridad” y defensor de los privados de libertad en la cárcel de La Reforma, donde cumple prisión preventiva por acusaciones de narcotráfico internacional presentadas en Estados Unidos.
El sorpresivo giro en la vida de Celso Gamboa ha generado debate en la esfera pública y jurídica de Costa Rica. El exfuncionario, que alguna vez ocupó puestos de poder en el sistema judicial y en el Ministerio de Seguridad, ahora enfrenta un proceso penal que podría derivar en décadas de cárcel.
Gamboa fue arrestado el 23 de junio, tras una solicitud del gobierno de Estados Unidos. Un Gran Jurado en Texas lo acusó de participar en la fabricación y exportación de cocaína a gran escala. Desde entonces, se encuentra bajo régimen de máxima seguridad en La Reforma.
En una entrevista concedida a Noticias Repretel, el exmagistrado aseguró que su estadía en prisión le permitió convertirse en la voz de quienes viven, según sus palabras, en condiciones “inhumanas y degradantes”.
“Yo no voy a salir de aquí sin denunciar los atropellos contra la población privada de libertad. No pido nada para mí, pero sí exijo respeto y dignidad para los demás reclusos”, afirmó.
Gamboa señaló que, aunque cumple una sanción disciplinaria dentro de una celda de castigo, ha asumido la causa de visibilizar la precariedad en los centros penitenciarios costarricenses.
El exfuncionario sostiene que los internos enfrentan hacinamiento crítico, deficiencia en servicios médicos y alimentación insuficiente, problemas que también han sido documentados en informes de la Defensoría de los Habitantes y organizaciones internacionales.
Lejos de estar aislado, Gamboa asegura contar con respaldo dentro del módulo de máxima seguridad. Mencionó a reconocidos líderes del hampa como Winston Myrie, “Macho Coca”, Norman Amador y Tony Peña, quienes —según su versión— se han unido a la causa de exigir mejores condiciones de vida en prisión.
Este frente común, que él denomina “liderazgo positivo”, busca organizar a la población privada de libertad en torno a una agenda de derechos humanos. Para Gamboa, se trata de un proyecto que podría transformar la dinámica de poder dentro de las cárceles costarricenses.
El exmagistrado no se limitó a denunciar el estado de los centros penitenciarios. También advirtió sobre lo que considera un deterioro del sistema de justicia penal en el país.
“Lo que se está gestando aquí puede provocar un colapso del sistema y llevarnos a un estado de indefensión total. Hay cambios populistas que están creando un ambiente de represión y miedo”, manifestó.
El discurso de Gamboa despierta suspicacias. Para algunos analistas, sus declaraciones podrían formar parte de una estrategia mediática destinada a limpiar su imagen pública. Para otros, representan un síntoma del vacío institucional que durante años ha dejado en evidencia el sistema penitenciario nacional.
Lo cierto es que los señalamientos contra Gamboa no son menores. Estados Unidos lo vincula con redes internacionales de narcotráfico, lo cual pone en duda la legitimidad de su autoproclamado rol de defensor de derechos humanos.
Aun así, su figura ha generado atención mediática, no solo por el peso de sus cargos anteriores, sino también porque plantea un dilema político: ¿puede un acusado de narcotráfico convertirse en portavoz legítimo de los reos?
En el trasfondo, la situación refleja los desafíos estructurales del sistema penitenciario costarricense. El hacinamiento supera el 30%, la atención médica es limitada y los motines han aumentado en los últimos cinco años.
Las autoridades del Ministerio de Justicia y Paz no han respondido de forma directa a las declaraciones de Gamboa, aunque han reiterado que se trabaja en planes para mejorar la infraestructura y seguridad penitenciaria.
Por el momento, el exmagistrado insiste en que su rol no busca beneficios personales. “Aquí adentro encontré un propósito: ser la voz de los que no tienen voz”, concluyó.