Bryan Johnson se inyecta plasma de su hijo de 17 años en su lucha por revertir el envejecimiento. ¿Ciencia o locura millonaria?
Bryan Johnson usa el plasma de su hijo de 17 años como parte de un controvertido plan antiedad.
California, EE.UU. — El empresario tecnológico Bryan Johnson, conocido por su inversión millonaria en biohacking, ha llevado su obsesión por la juventud a un nuevo nivel. Como parte de su rutina antienvejecimiento, extrae cada mes un litro de plasma de su hijo adolescente para transfundírselo y, según él, "rejuvenecer desde el interior". El experimento ha causado conmoción global.
Lo que parece una historia de ciencia ficción es, para Bryan Johnson, una rutina mensual en su lucha contra el paso del tiempo.
Johnson, de 45 años, es el fundador de Blueprint, un proyecto de optimización biológica al que destina más de 2 millones de dólares al año.
Su objetivo declarado es "revertir el envejecimiento celular" y reducir su edad biológica a niveles de una persona de 18 años.
Ha probado todo tipo de intervenciones: dietas calculadas al milímetro, análisis sanguíneos diarios, suplementos, terapia génica y control del sueño extremo.
Pero el procedimiento más polémico es la extracción de un litro de plasma a su hijo Talmage, de 17 años, para inyectárselo en su propio cuerpo.
En redes sociales, Johnson apodó a su hijo como su "Blood Boy" (chico de sangre), lo que provocó una ola de críticas, memes y debates éticos.
En una publicación del 23 de mayo, compartió una lista de deberes para su hijo donde incluyó, en tono ambiguo: “1. Buenas notas. 2. Dieta saludable. 3. 1 litro de plasma mensual”.
Aunque aseguró que “uno de los puntos era broma”, no aclaró cuál, lo que incrementó el revuelo mediático.
El procedimiento utilizado se basa en la plasmaféresis, una técnica médica real que separa el plasma del resto de los componentes sanguíneos.
Algunos estudios sugieren que el plasma joven podría mejorar marcadores de salud en personas mayores, pero la evidencia aún es limitada y controversial.
Lo inusual en el caso de Johnson es que no se trata de una donación esporádica, sino de un protocolo sistemático y familiar.
El experimento incluye también a su padre, de 71 años, quien recibe transfusiones de plasma más joven como parte de una prueba intergeneracional.
Así, se forma una especie de triángulo biológico: el abuelo, el hijo y el nieto compartiendo sangre en diferentes direcciones.
Médicos y científicos han expresado preocupaciones sobre la falta de regulaciones y los posibles riesgos a largo plazo de estos procedimientos.
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