Tres hermanos entre las víctimas; epidemiólogo local apunta a hongos venenosos como causa probable de muerte.
Lempira, Honduras — Cinco niños, incluyendo tres hermanos, murieron en pocos días tras presentar síntomas de intoxicación gastrointestinal. Las autoridades investigan si la causa fue el consumo de hongos tóxicos, según indicó el epidemiólogo Carlos Zúñiga.
En el departamento de Lempira, Honduras, la comunidad quedó consternada por la muerte de cinco niños en circunstancias poco claras. Entre ellos se encontraban tres hermanos: Weslin, de 3 años; Rixi Nahomi, de 2; y Eric Rivera López, de 8 años, quienes fallecieron tras manifestar severos cuadros de diarrea y vómitos.
Los decesos ocurrieron en un lapso de pocos días, lo que generó alarma entre las autoridades de salud y los vecinos. Dos niños más de una comunidad cercana también perdieron la vida con síntomas similares, lo que reforzó la hipótesis de una intoxicación colectiva.
Carlos Zúñiga, epidemiólogo de la zona, explicó que existe una fuerte sospecha de que los menores hayan consumido hongos venenosos, comunes en áreas rurales y de difícil identificación para quienes no tienen conocimiento sobre su toxicidad.
Según Zúñiga, dos niños más que presentaron los mismos síntomas pudieron ser salvados gracias a una atención médica oportuna y un diagnóstico rápido. Sin embargo, la situación evidencia la falta de información y prevención sobre los riesgos que representan ciertos alimentos silvestres.
La comunidad está en alerta y las autoridades trabajan en campañas educativas para advertir sobre los peligros de consumir hongos silvestres sin la debida precaución. También se realizan inspecciones para detectar la posible contaminación y evitar que más menores resulten afectados.
Familiares de los niños fallecidos expresaron su dolor y preocupación, haciendo un llamado a que se tomen medidas para proteger a las familias en zonas rurales vulnerables a estas amenazas.
La Secretaría de Salud ha iniciado una investigación para confirmar el diagnóstico y determinar si existieron otros factores que pudieron contribuir a la tragedia, como condiciones de higiene o acceso limitado a servicios médicos.
Expertos en toxicología destacan la importancia de la educación comunitaria y la formación en primeros auxilios para evitar intoxicaciones fatales. En este contexto, la tragedia de Lempira sirve como un llamado urgente a mejorar la vigilancia y prevención en las zonas rurales.
El consumo accidental de hongos venenosos sigue siendo un problema de salud pública en muchas regiones, donde la población desconoce los riesgos o carece de alternativas alimentarias seguras.
Además de las pérdidas humanas, el impacto emocional en las familias y la comunidad es profundo, haciendo necesario ofrecer apoyo psicológico y acompañamiento en estos momentos difíciles.
Las autoridades locales han reforzado la presencia médica en la zona y establecieron protocolos de emergencia para atender posibles casos similares que puedan surgir en el futuro.
El epidemiólogo Zúñiga enfatizó la necesidad de que la comunidad se mantenga alerta y evite consumir alimentos no verificados, especialmente aquellos recolectados en la naturaleza.
La tragedia de los niños de Lempira ha generado reacciones nacionales, solicitando mayor inversión en salud rural y programas de prevención para evitar que hechos similares vuelvan a ocurrir.
Las autoridades continúan con el seguimiento del caso y preparan un informe detallado para compartir con la población y organismos internacionales que apoyan la salud pública en Honduras.
El dolor y la preocupación son el sentimiento común en esta comunidad, que ahora enfrenta la difícil tarea de sanar y aprender para proteger a sus hijos.