El sismo en Rusia impacta el Pacífico costarricense con fuertes corrientes, advierte SINAMOT.
San José, Costa Rica — Aunque el terremoto de magnitud 8.7 ocurrido en Rusia encendió alertas internacionales por tsunami, autoridades costarricenses informaron que el país no está bajo riesgo de inundaciones. Sin embargo, advierten sobre corrientes marinas anómalas que afectarán el litoral Pacífico, especialmente desde la mañana del miércoles 30 de julio.
Las autoridades nacionales han clasificado la situación como una “amenaza baja”, lo que excluye el riesgo de un tsunami con efectos destructivos en tierra. Sin embargo, el peligro no es inexistente: el comportamiento irregular del mar representa un riesgo significativo para quienes frecuenten las zonas costeras.
El Sistema Nacional de Monitoreo de Tsunamis (SINAMOT), en colaboración con la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), anunció que se esperan corrientes fuertes y anómalas a lo largo del litoral Pacífico, incluyendo áreas como la Isla del Coco.
Las autoridades recomiendan a los bañistas, surfistas, pescadores y operadores turísticos suspender cualquier actividad en el mar durante el período de alerta.
Estas corrientes pueden presentarse sin señales visibles previas, lo que dificulta su detección. En bahías, puertos y canales angostos, el efecto podría amplificarse, causando daños materiales o incluso situaciones de peligro para la vida humana.
El fenómeno se relaciona directamente con el terremoto ocurrido en Rusia, cuyo epicentro se ubicó en el océano Pacífico norte. A pesar de la distancia, las ondas de energía generadas pueden propagarse y alterar el comportamiento marítimo regional.
La CNE ya activó los protocolos preventivos y ha instruido a los comités municipales de emergencia a permanecer en alerta, especialmente en zonas turísticas y comunidades costeras de Guanacaste, Puntarenas y la Zona Sur.
Entre las recomendaciones clave está evitar ingresar al mar, suspender actividades como surf, buceo o pesca artesanal, y mantenerse informado a través de medios oficiales.
El nivel de amenaza establecido por SINAMOT, aunque bajo, se considera suficiente para justificar medidas de precaución extraordinarias. Es fundamental comprender que el mar puede parecer tranquilo a simple vista, pero las corrientes subterráneas pueden ser extremadamente peligrosas.
Las condiciones se mantendrán monitoreadas durante las próximas 24 a 48 horas. Si bien no se espera un tsunami en las costas nacionales, el riesgo de accidente marítimo es real.
Expertos explican que este tipo de reacciones oceánicas son comunes tras sismos de gran magnitud, incluso si estos ocurren lejos del continente americano.
La comunidad marítima ha sido notificada, incluyendo pescadores artesanales, operadores turísticos y autoridades locales.
Organismos como la Cruz Roja Costarricense y Guardacostas también han reforzado su presencia en puntos estratégicos para brindar asistencia inmediata si se detectan emergencias.
Por su parte, el Ministerio de Educación Pública recomendó a centros educativos cercanos a la costa evitar actividades recreativas en playas durante la jornada.
La cooperación ciudadana es clave para prevenir incidentes. Las autoridades insisten en seguir todas las recomendaciones emitidas, ya que ignorarlas puede representar un alto costo para la seguridad individual.
Se prevé que las condiciones mejoren gradualmente hacia la noche del miércoles, aunque el monitoreo continuará hasta que se confirme el retorno a la normalidad.