Tres alimentos comunes están vinculados al aumento de cáncer de colon en jóvenes, según estudio

Un nuevo estudio advierte sobre tres alimentos que podrían estar afectando la salud intestinal de los jóvenes y elevando el riesgo de cáncer de colon.

 

Joven con hamburguesa y bebida en mano, símbolo del riesgo de cáncer de colon

San José, Costa Rica — Un estudio de la Universidad de Cincinnati, presentado en el Congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, identificó una preocupante relación entre ciertos alimentos y el aumento de cáncer de colon en personas menores de 50 años. El informe señala que el consumo habitual de carnes procesadas, bebidas sin calorías y alcohol estaría alterando la microbiota intestinal de los jóvenes, generando condiciones que favorecen el desarrollo de esta enfermedad.

 

El cáncer colorrectal ha sido históricamente más común en personas mayores de 50 años. Sin embargo, desde 2009, su incidencia en adultos jóvenes ha crecido de forma constante, a un ritmo cercano al 2% anual, según nuevos estudios.

 

Investigadores de la Universidad de Cincinnati han identificado un vínculo potencial entre este fenómeno y ciertos hábitos alimenticios predominantes entre los menores de 50 años. El hallazgo fue compartido durante el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO).

 

El equipo liderado por el doctor Jordan Kharofa analizó el microbioma intestinal de más de 1.300 personas. En pacientes jóvenes con cáncer de colon, se encontraron cinco especies bacterianas significativamente más presentes en comparación con adultos sanos.

 

Estas bacterias no estaban asociadas directamente con mutaciones cancerígenas previas, pero su presencia se relacionaba con un patrón dietético moderno, alto en alimentos ultraprocesados y bajo en fibra vegetal.

 

Entre los alimentos destacados se encuentran las carnes procesadas, como salchichas, embutidos y hamburguesas congeladas. Su alto contenido en compuestos sulfurosos parece favorecer bacterias intestinales que, a su vez, generan metabolitos perjudiciales para la mucosa intestinal.

 

Otro factor observado es el consumo de bebidas sin calorías, especialmente gaseosas “light” con edulcorantes artificiales. Estos productos alteran el equilibrio microbiano, disminuyendo la diversidad bacteriana, un aspecto clave para una microbiota saludable.

 

El tercer elemento identificado es el consumo frecuente de licor. A pesar de no estar directamente relacionado con el cáncer en dosis moderadas, el alcohol puede interactuar con otros factores y generar un ambiente propicio para la inflamación intestinal crónica.

 

En Costa Rica, el panorama es particularmente relevante. Datos de la Caja Costarricense de Seguro Social indican que el cáncer de colon ocupa el tercer lugar entre las causas de muerte por tumores malignos, superado solo por el de mama y el de estómago.

 

El fácil acceso a comida rápida, bebidas azucaradas o edulcoradas y alcohol entre adolescentes y jóvenes podría estar modificando su flora intestinal desde edades tempranas. Esto representa un riesgo a largo plazo, muchas veces imperceptible hasta que es demasiado tarde.

 

Especialistas recomiendan no caer en alarmismos, pero sí prestar atención a la calidad de los alimentos que consumen los jóvenes. La prevención, afirman, comienza con el conocimiento y la educación alimentaria desde la infancia.

 

Adoptar una dieta rica en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales puede ayudar a restaurar y proteger la microbiota intestinal. Estos alimentos no solo aportan nutrientes, sino que alimentan bacterias protectoras esenciales.

 

El estudio también sugiere que, a pesar del auge de productos etiquetados como “saludables” o “sin calorías”, es importante evaluar su efecto real en el organismo, especialmente en la microbiota intestinal.

 

La investigación continúa para determinar si estos cambios bacterianos son causantes directos o simplemente correlativos. No obstante, la evidencia actual es suficiente para tomar medidas preventivas.

 

La educación en salud intestinal se vuelve cada vez más importante en centros educativos, familias y servicios médicos. Comprender la relación entre lo que comemos y nuestras bacterias intestinales puede marcar la diferencia.

 

Por ahora, el mensaje es claro: evitar el exceso de carnes procesadas, bebidas “light” y alcohol podría ser un primer paso para reducir el riesgo de cáncer de colon en las nuevas generaciones.

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