El Banco Central obliga interoperabilidad total: Visa, Mastercard y Amex ahora funcionan en un único dispositivo.
San José, Costa Rica — A partir de julio, los comercios en Costa Rica ya no necesitarán múltiples datáfonos para aceptar tarjetas de crédito o débito. El Banco Central oficializó la interoperabilidad total entre marcas como Visa, Mastercard y American Express, unificando el procesamiento de pagos en un solo dispositivo por establecimiento.
La medida, anunciada por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), busca simplificar el ecosistema de pagos y reducir los costos operativos para los comercios, al tiempo que mejora la experiencia del consumidor. El cambio se ampara en la Ley de Comisiones Máximas del Sistema de Tarjetas, que obliga a modernizar y regular el sistema nacional de pagos.
Con esta disposición, los datáfonos operados por instituciones financieras podrán procesar cualquier tarjeta sin necesidad de dispositivos adicionales. Esta interoperabilidad representa un avance clave para la eficiencia financiera, especialmente para pequeñas y medianas empresas.
Los comercios podrán evitar la compra o alquiler de múltiples dispositivos, lo cual es un alivio económico y logístico. Además, al centralizar los pagos en una sola terminal, se reduce el margen de error y se agiliza el proceso de cobro, mejorando el servicio al cliente.
Según el BCCR, los bancos y proveedores de servicios de pago ya comenzaron el proceso técnico de implementación. Sin embargo, la activación puede variar por entidad, por lo que se insta a los comercios a consultar con su proveedor para conocer el estado de su dispositivo.
Entre las instituciones que ya aplican o preparan esta interoperabilidad se encuentran BAC San José, Banco Nacional, BCR, Promerica, Lafise, dLocal, Tilopay, ONVO y mPOS Global. Estos actores están trabajando para habilitar la funcionalidad completa durante las próximas semanas.
El cambio también optimiza el uso del espacio físico en tiendas pequeñas o puntos de venta móviles, donde contar con múltiples datáfonos podía resultar un obstáculo operativo. Al reducir la cantidad de equipos, también se disminuye el consumo de energía y el mantenimiento técnico.
Además, la interoperabilidad podría impactar positivamente en la aceptación de tarjetas, permitiendo a los negocios llegar a un mayor número de clientes, sin importar la marca emisora de su plástico.
Los consumidores, por su parte, experimentarán un proceso de pago más fluido. No será necesario preguntar si se acepta determinada tarjeta, ya que todas funcionarán en la misma terminal.
La iniciativa también responde a una tendencia global de unificación de medios de pago, y alinea a Costa Rica con estándares internacionales de eficiencia y digitalización financiera.
El Banco Central ha reiterado que esta medida refuerza su compromiso con la seguridad, accesibilidad e innovación del sistema financiero costarricense.
Desde el punto de vista macroeconómico, una red de pagos más eficiente contribuye a mejorar la trazabilidad de transacciones, reducir la informalidad y promover la inclusión financiera.
La interoperabilidad también reduce fricciones entre bancos y promueve una mayor competencia entre emisores de tarjetas y operadores de red.
En un país con altos índices de bancarización, este tipo de reformas impactan directamente en la competitividad de las pequeñas empresas y en el impulso al comercio electrónico.
Esta decisión representa un paso firme hacia la modernización de la infraestructura digital de pagos, que el Gobierno y el Banco Central han venido promoviendo en años recientes.
La transición, aunque técnica en su ejecución, tendrá efectos tangibles para el día a día de comerciantes y consumidores. La simplicidad en los pagos fortalece la confianza en el sistema y dinamiza las ventas.
La interoperabilidad de datáfonos podría, además, reducir las quejas de los consumidores por rechazos injustificados de tarjetas, un problema recurrente en algunos sectores del comercio.
El Banco Central confirmó que seguirá supervisando el avance de esta transformación y evaluando nuevas medidas para mejorar la eficiencia del sistema nacional de pagos.