La crisis alimentaria en Gaza ya afecta a médicos y reporteros que se desmayan por desnutrición mientras intentan ayudar o informar.
Gaza, Territorios Palestinos — La ONU y más de 100 organizaciones humanitarias han emitido una alarmante advertencia: médicos, trabajadores humanitarios y periodistas en Gaza corren el riesgo de morir de hambre junto con la población que intentan ayudar. Con un bloqueo casi total y un colapso del sistema de ayuda, incluso quienes están al servicio de los más vulnerables han comenzado a desmayarse por falta de alimento.
La situación humanitaria en Gaza ha entrado en una fase crítica. Una coalición de más de cien organizaciones internacionales ha denunciado que los suministros están completamente agotados, y que incluso sus propios equipos están pasando hambre.
La declaración conjunta —firmada por entidades como Médicos Sin Fronteras y Amnistía Internacional— exige a Israel que ponga fin al bloqueo, permita el ingreso de alimentos, agua y medicinas, y establezca un alto el fuego inmediato.
Actualmente, los puntos de distribución de ayuda están siendo escenario de violencia mortal. Solo en lo que va del mes, más de mil personas han muerto intentando conseguir alimentos, según datos de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
Entre los fallecidos se encuentran ciudadanos comunes, pero también trabajadores humanitarios y periodistas. Las fuerzas israelíes han reconocido haber disparado tiros de advertencia en algunos casos, aunque niegan responsabilidad directa en muchos incidentes.
La agencia de noticias AFP ha declarado públicamente que está intentando evacuar a sus últimos reporteros independientes de Gaza, describiendo la situación como “insostenible”. El sindicato de periodistas de la agencia advirtió que sus trabajadores están literalmente muriendo de hambre.
Uno de los fotógrafos de AFP, Bashar Taleb, publicó recientemente en redes sociales: “Ya no tengo la capacidad de cubrir a los medios. Estoy delgado y ya no puedo caminar”. Taleb vive con su familia en las ruinas de su casa desde febrero.
Otro miembro del equipo declaró que cada vez que sale a cubrir un evento teme no regresar con vida. “Mi mayor problema ahora es el hambre”, dijo.
El Ministerio de Salud de Gaza reportó que solo en las últimas 24 horas, 15 personas, incluidos cuatro niños, murieron por inanición. La situación empeora con cada hora que pasa.
La ONU asegura que tiene ayuda lista para ingresar a Gaza, pero denuncia que las fuerzas israelíes niegan permisos para su distribución. En respuesta, Israel afirma que Hamas roba suministros, algo que el grupo ha negado.
Juliette Touma, portavoz de UNRWA, calificó la distribución de ayuda como “una trampa mortal sádica”, y afirmó que francotiradores disparan contra las multitudes que buscan comida.
Desde la guerra iniciada en octubre de 2023, más de 180 periodistas han muerto, convirtiendo este conflicto en el más letal para la prensa en las últimas tres décadas, según el Comité para la Protección de los Periodistas.
Además de periodistas, médicos y enfermeras han reportado síntomas graves de desnutrición. Algunos se desmayan en medio de sus labores, mientras los hospitales reciben cada vez más casos de hambruna severa.
A pesar de la reorganización anunciada por las Fuerzas de Defensa de Israel en las rutas de distribución, las muertes no han cesado. La Fundación Humanitaria de Gaza, apoyada por EE.UU. e Israel, reconoció por primera vez que 19 personas murieron en uno de sus puntos por aplastamiento y violencia entre la multitud.
Mientras tanto, gobiernos como el de Francia han manifestado su intención de evacuar a periodistas atrapados en el enclave, calificando la situación como “inhumana”.
Desde enero, la AFP ha logrado evacuar a ocho trabajadores con sus familias, pero los trámites para el resto se han complicado debido al estricto bloqueo.
La comunidad internacional continúa pidiendo acceso humanitario pleno y protección para los trabajadores humanitarios y periodistas. La falta de respuesta concreta hace temer que más vidas se pierdan innecesariamente.
El hambre en Gaza no distingue profesiones: los mismos que deberían salvar y documentar, están al borde de perecer con los que buscan sobrevivir.